Todo comienza con un incidente silencioso pero explosivo: alguien hackea un fondo político secreto de 2 billones de wones. El dinero, destinado a controlar elecciones y financiar favores políticos, desaparece sin dejar rastro. El dueño del fondo, furioso, asesina a uno de sus propios hombres sin saber que el dinero ya no estaba en su poder. Ese error desata una guerra fría entre dos figuras poderosas.
Park Hyung-sik interpreta a Seo Dong Joo, jefe de la oficina del secretario del presidente del conglomerado Daesan Group. Apodado “el Hombre Daesan”, Dong Joo es la imagen de la lealtad corporativa: disciplinado, frío, inquebrantable. Pero bajo esa fachada se esconde un plan mucho más oscuro. Dong Joo ha dedicado su vida a ganarse la confianza del grupo, mientras prepara silenciosamente su caída.
Heo Joon-ho da vida a Yeom Jang Sun, exdirector del Servicio Nacional de Inteligencia y actual titiritero del mundo político coreano. Con solo unas llamadas puede inclinar el poder presidencial o destruir una carrera mediática. Para él, el poder no es una herramienta, sino su razón de existir.
El elenco se completa con Lee Hae-young como Heo Il Do, el actual presidente de Daesan Group, y Hong Hwa-yeon como Yeo Eun Nam, una periodista de investigación que comienza a atar cabos sobre la desaparición del dinero y se ve atrapada entre las maquinaciones de ambos hombres.
Buried Hearts despliega su historia como un tablero de ajedrez donde cada jugada tiene consecuencias letales. A medida que avanza la serie, se exploran temas como la manipulación mediática, los fondos oscuros, la traición corporativa y los sacrificios personales por alcanzar el poder.